Existen préstamos en los que te solicitarán una garantía o aval para otorgarte el crédito. Son una buena opción en ciertas situaciones.
¿Qué es una garantía?
La garantía significa que al recibir un préstamo debes entregar como seguro un activo de tu propiedad (prenda). Es decir, que en el caso que no pudieras pagar la deuda, el prestamista se quedaría con la propiedad de tu bien.
Si no tienes un bien importante de tu propiedad, una tercera persona puede ser tu garantía, también llamado aval.
¿Qué es un aval?
Un aval o garante es una persona que tiene un perfil financiero mejor que el tuyo. Esta persona asume la responsabilidad (total o parcial) de tu deuda. Es decir, que si no puedes pagar la deuda, el prestamista contactará con el garante para que se haga cargo del saldo restante. Por esta razón muchas veces los garantes son familiares o amigos muy cercanos.
Existen diferentes activos que puedes dar como garantía en un préstamo prendario, pero los más usados son las propiedades inmobiliarias y los automóviles.
Préstamos con garantía hipotecaria
Para solicitar este préstamo debes tener una propiedad a tu nombre; puede ser un terreno, un local comercial, una casa o un departamento, lo imprescindible es que esté a tu nombre.
Otro requisito usual es que tienes que haber pagado por lo menos el 80% del inmueble.
Ventajas de la garantía hipotecaria
- Pocos requisitos adicionales:
La ventaja principal de este tipo de préstamos es que hay prestamistas que no revisan tu historial crediticio o tu situación laboral actual; si tienes una propiedad registrada a tu nombre, eso es suficiente para aceptar el préstamo. - Acepta Buró negativo:
Suele ser una buena opción para aquellas personas que tienen una mala calificación en Buró de Crédito, y no por eso tiene tasa de interés elevada.
Desventajas de la garantía hipotecaria
- Peligro ante impagos:
La desventaja mayor es que si por alguna razón no puedes pagar el préstamo, perderás la propiedad del inmueble. - Tiempo de aprobación:
Algunas veces el prestamista necesita hacer comprobaciones adicionales sobre tu propiedad, lo que puede demorar la aprobación de tu crédito.
Considera otras opciones de préstamo antes de poner tu inmueble como garantía, especialmente si no estás seguro de poder pagarlo. Si necesitas un préstamo pequeño puedes optar por préstamos personales urgentes o microcréditos, aunque el interés sea mayor. La garantía hipotecaria es adecuada cuando el préstamo es por un monto alto y no tienes otra opción.
Préstamos prendarios con garantía vehicular
Al igual que los préstamos con garantía hipotecaria, estos préstamos entregan un activo como aval o prenda: el carro propio. Debes tener la propiedad del vehículo y haberlo pagado en su totalidad.
Los montos son menores, se aprueban rápidamente y el dinero puede llegar a tu cuenta en unas horas. Muchos prestamistas no revisan tu historial crediticio.
Algo que debes revisar con mucha atención es que sea un préstamo con garantía vehicular y no una compra-venta del vehículo. En este último escenario el prestamista te compra el vehículo y luego te lo alquila. Se han presentado casos en los cuales las personas piensan que están pagando su cuota mensual del préstamo, pero en realidad están pagando el alquiler del vehículo.
Puedes usar Robin para pedir un préstamo adecuado a tu situación.
Tal vez un préstamo con garantía sea lo que necesitas, pero también podrás comparar con otras opciones disponibles.